Azotadores eróticos
Para los gnósticos de la sumisión, el dolor y el placer son dos caras de la misma moneda. Evidentemente, este principio debe matizarse en el contexto de prácticas sexuales en las que el látigo fetiche ocupa un lugar preponderante. En la sumisión, ser azotado es un poco como las caricias en los juegos previos de los encuentros sexuales habituales de casi todos los mortales. Para las prácticas de BDSM y sumisión, ser golpeado por un látigo de cuero o un fetiche veloz también suele implicar el uso de otros accesorios y juguetes sexuales simultáneamente para ayudar a transformar el dolor en placer o incluso en orgasmos intensos. En nuestro catálogo encontrarás lo que necesitas para transmutar el dolor en placer como en la alquimia de la Edad Media convertía metales sin valor en oro o plata.